Te abres, vas dejando que el tiempo se te escurra entre los poros, empiezas a sentir aunque tu mente dice que no, todo va encajando como un puzzle que estaba roto y que en cualquier momento amenaza con romperse, por cualquier leve movimiento.
En el mismo momento que todo empieza a tejerse cual tela de araña, va dejando recovecos que se pueden inundar en cualquier momento sin más, o por el peso de la propia historia de esa tela de araña.
En el mismo momento que todo empieza a tejerse cual tela de araña, va dejando recovecos que se pueden inundar en cualquier momento sin más, o por el peso de la propia historia de esa tela de araña.
Surcas los mares de la felicidad como si no hubiera un mañana, como si fueras omnipotente con cualquier contratiempo, luchando contra todo pronóstico, superando opiniones y discusiones que se alejan de las aguas de ese mar, pero ¿el tiempo sabe recompensártelo o se lo acaba cobrando?
En ese mar solo es lícito que surquen sus aguas, dos barcos bien entendidos; con capitanes que llevan el mismo rumbo. Cualquier otro barco puede hacerlos dudar, naufragar o simplemente volver sus aguas innavegables, produciendo un glaciar imaginario que cada vez se hace más grande y que desvía las fragatas con destinos opuestos...
Ese destino paradisiaco....se ve nublado desde la lejanía, las nubes no dejan ver sus costas y su futuro...el paraíso se torna abstracto, pero no siempre se encuentra la luz.....
Ese destino paradisiaco....se ve nublado desde la lejanía, las nubes no dejan ver sus costas y su futuro...el paraíso se torna abstracto, pero no siempre se encuentra la luz.....
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